EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO Y LA OBRA LITERARIA DE
SALINGER
La obra publicada de Salinger es muy
escasa. Además de El guardián entre el
centeno (1951) la componen una serie de títulos que comentaremos a
continuación.
El guardián entre el centeno (1951)
El
guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye), traducido como El cazador oculto en la
edición castellana de 1961, y como El
guardián entre el centeno en la de 1978, se publicó en Estados Unidos en 1951.
La obra provocó numerosas controversias por su lenguaje provocador y por
retratar sin tapujos la sexualidad y la ansiedad adolescentes. Salinger publicó
los primeros fragmentos de la obra en la revista The New Yorker. Su personaje, Holden Caulfield, ya había visto la luz en su relato corto Sligth Rebellion in Madison (1941) y en
una historia publicada en 1944 titulada Lat
Day of the Last Furlough.
Escrito
en primera persona, El guardián entre el
centeno es la confesión desde el centro psiquiátrico en el que el joven
protagonista, Holden Caulfield, se encuentra internado, de sus
experiencias en la ciudad de Nueva York tras haber sido expulsado de
Pencey Prep, su escuela secundaria. El título del libro hace referencia a un
poema que se explica en el libro, que trata sobre un “guardián entre el centeno”
que evita que “los niños caigan en el precipicio”. Holden Caulfield es un joven
rebelde de 16 años, a camino entre la infancia y el mundo adulto; es un niño
mimado por sus padres, al que nada le gusta, carece de ilusión y todo le parece
aburrido; vive rodeado por un mundo que le desconcierta y que le exige
responsabilidades para las que aún no está preparado. En su insensata huida sin
rumbo fijo, para intentar evitar explicarle a su padre que de nuevo ha sido
expulsado, esta vez de la escuela privada Pencey, el protagonista vive en
primera persona los aspectos más bajos de la sociedad; tiene encuentros con
mujeres, decepciones y situaciones comprometidas, en una especie de cursillo
acelerado de lo que significa la madurez. Holden no tiene ilusión por nada, y
está convencido de que ese paso a la madurez es una regresión y no una
evolución. Por ello, solo idealiza a su hermana pequeña, Phoebe, porque
representa el último eslabón con su infancia.
Se
ha dicho de esta novela que es la única que ha sabido captar lo que es la adolescencia
con todas sus contradicciones. La obra se convertiría pronto en un
manifiesto de una generación de jóvenes que ven en ella el reflejo de la
incomprensión de los adultos hacia sus inquietudes. Salinger traza en esta obra
un inolvidable retrato de la pérdida de la inocencia juvenil. En su huida hacia
ninguna parte, Holden, de gran capacidad e inteligencia, va descubriendo los
recovecos del vicio, de la codicia y la degradación del ser humano. El libro
fue criticado especialmente por su lenguaje ofensivo y sus referencias a las
drogas, el alcohol y la prostitución. La obra también encubre una crítica a
la sociedad, puesto que todo lo que Holden ve en la gran ciudad es motivo
de ironía y crítica. Holden rechaza el mundo de los adultos, y el de los
compañeros que no son como él, y se encierra en esa habla tan característica de
la adolescencia para defenderse de un mundo exterior que no le comprende; es
precisamente esa habla la que ha permitido a tantos lectores identificarse con
él.
Treinta
años después de su publicación en 1951, El
guardián entre el centeno era tanto el libro más prohibido, como el segundo
más estudiado como lectura obligatoria en los institutos estadounidenses. El
relato se ha convertido en una de las novelas más leídas, editadas y
traducidas, aunque no exenta de polémica, desde su publicación.
Producción
literaria de Salinger
En
la década de los 40 Salinger publicó diversos cuentos (como Los jóvenes) en distintas revistas de
Nueva York (Story, Saturday, The New York,
etc.).
Su
primer gran éxito lo obtuvo con el cuento Un día perfecto para el pez plátano (1948), en el que m uestra
por primera vez a la familia Glass (que irá apareciendo en otros relatos); el
relato trata sobre un ex soldado que se suicida, y en el que se percibe la
profunda huella emocional que le provocó su participación en la
II Guerra Mundial. En esta misma línea
escribe Para Esmé, con amor y sordidez
(1950), narrado por un soldado traumatizado y considerado por algunos críticos
como su mejor relato.
Tras
el éxito de El guardián entre el centeno (1951), publicó su colección de
relatos Nueve cuentos (1953);
el libro incluye los dos relatos citados en el párrafo anterior. Otro de estos
relatos, Tío Wiggily en Connecticut,
había sido llevado al cine en 1949, y tal fue la decepción de Salinger con la
película que impidió que se llevara ninguna otra obra suya a la pantalla.
Franny y Zooey (1961) la escribe ya
en su residencia de Cornish. Es la unión de dos relatos breves donde aparecen
sus habituales personajes adolescentes, hipersensibles y con tendencias
artísticas, en rebeldía contra el corrupto universo adulto.
Levantad, carpinteros, la viga
del tejado (1963), Seymour: una introducción (1963) y Hapworth 16, 1924 (1965) son las últimas obras que escribió, en las
que retoma la historia de la familia Glass y giran en torno a las angustias y
depresiones existenciales del hermano mayor, Seymour. Este volumen recoge dos
novelas o breves o relatos extensos.
Podemos
afirmar que la gran obsesión de Saliner fue la fractura entre el mundo de la
infancia y el de la vida adulta, con especial atención a esa etapa cambiante
que viene a ser la adolescencia. La audacia narrativa de Salinger le ha valido
el reconocimiento de la crítica más exigente y la profundidad de sus argumentos
lo convierte en uno de los escritores de más éxito. Salinger ha influido sobre
una generación entera de escritores, entre los que se cuentan señaladamente
John Updike, Harold Brodkey y Philip Roth.
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