CARACTERÍSTICAS DE LA
GENERACIÓN DEL 98
Se denomina Generación del 98 a un grupo de escritores que, sensibilizados ante el denominado Desastre de 1898 y atentos a la evolución del pensamiento literario fuera de España, iniciaron por esa fecha un movimiento de protesta social y de renovación de las letras españolas. Aunque la nómina de integrantes puede ser muy amplia, suele haber coincidencia en que pertenecen a la Generación del 98 los siguientes autores: Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Ángel Ganivet, Pío Baroja, José Martínez Ruiz (Azorín), Ramón Mª del Valle-Inclán y Antonio Machado.Se ha discutido mucho si estos autores constituyen o no una auténtica generación, y si en ellos se cumplen o no los considerados "requisitos generacionales" de los que habló Julius Petersen (nacimiento en años poco distantes, formación cultural semejante, convivencia personal, participación en actos colectivos propios, la existencia de un "hecho generacional", existencia de un guía y empleo peculiar del idioma); de hecho, aunque son semejantes en edad y participan de un mismo "hecho generacional”, el Desastre, carecen de formación uniforme, no todos mantuvieron contactos personales de manera asidua ni se puede decir que tuvieran un líder, pese al prestigio de que gozaba Unamuno, como también es difícil aceptar que tuvieran un "lenguaje generacional" común, de ahí que muchos pretendan que, más que hablar de generación, se hable de un "espíritu del 98".
También se ha discutido bastante si 98 y Modernismo son dos realidades diferentes o solo dos aspectos de una misma generación. En cualquier caso, conviene señalar que entre unos y otros existen bastantes similitudes: defensa de la regeneración nacional, procedencia burguesa de sus integrantes, necesidad de superar el realismo o reivindicación de libertad total para el artista. En última instancia, se puede afirmar que son dos expresiones simultáneas de una misma crisis interna de la burguesía; ante una misma realidad que los dos critican, unos, los modernistas, optan por evadirse y refugiarse en la ensoñación, la belleza, el pasado o la subjetividad, mientras que los otros, los noventayochistas, deciden implicarte en ella para transformarla.
Según lo dicho, se comprende que entre ellos haya más una comunidad de rasgos ideológicos que puramente literarios, aspecto en el que presentan grandes diferencias. Se puede decir, pues, que la Generación se caracteriza por:
a) Todos reflejan la necesidad de una regeneración social y artística de la España en crisis que queda tras el desastre colonial.
b) Mantienen una perspectiva centrípeta, unificadora de España; expresan su amor por ella y toman a Castilla y el paisaje castellano como símbolo de esa unidad.
c) Manifiestan su rechazo por la sociedad burguesa, a la que consideran fracasada y derrotada.
d) Se declaran antirrealistas y antipositivistas.
e) Ideológicamente están influenciados por las corrientes filosóficas europeas del momento (Nietzsche, Schopenhauer, Kiergegaard…) y por el regeneracionismo español.
f) Adquieren especial relieve las preocupaciones existenciales. Los interrogantes sobre el sentido de la vida, el destino del hombre, etc., son capitales en todos ellos (muy especialmente en Unamuno). Ello ha hecho que se les haya considerado precursores del existencialismo.
g) Defienden una idea de europeísmo, aunque casi todos proponen soluciones de tipo individual.
h) Reivindican a los escritores "primitivos" españoles y defienden un lenguaje sobrio y casticista.
En cuanto a los temas más tratados por ellos podemos citar: el tema de España, la defensa de la España "eterna y espontánea", las tierras de España, la historia, los valores permanentes de Castilla y de España y las preocupaciones existenciales. El tema de España se enfocará con tintes subjetivos; esto quiere decir que se proyectan sobre la realidad española los anhelos y las angustias íntimas. El subjetivismo es, en efecto, lo que caracteriza tanto la exaltación redentora de Unamuno, como la visión impresionista de Azorín o el escepticismo del Baroja maduro.
En cuanto a la evolución del 98, dado el carácter individualista e iconoclasta de estos escritores, no se puede hablar de una evolucón conjunta, sino paradójica y dispar. El denominado "grupo de los tres"(Baroja, Azorín y Maeztu) y Unamuno evolucionan desde una juventud revolucionaria radical hasta actitudes plenamente conservadoras o francamente reaccionarias; en cambio, Antonio Machado y Valle-Inclán experimentan un proceso radicalmente inverso: de sus actitudes conservadoras iniciales evolucionaron hasta una madurez comprometida con la Segunda República y el Frente Popular.
b) Mantienen una perspectiva centrípeta, unificadora de España; expresan su amor por ella y toman a Castilla y el paisaje castellano como símbolo de esa unidad.
c) Manifiestan su rechazo por la sociedad burguesa, a la que consideran fracasada y derrotada.
d) Se declaran antirrealistas y antipositivistas.
e) Ideológicamente están influenciados por las corrientes filosóficas europeas del momento (Nietzsche, Schopenhauer, Kiergegaard…) y por el regeneracionismo español.
f) Adquieren especial relieve las preocupaciones existenciales. Los interrogantes sobre el sentido de la vida, el destino del hombre, etc., son capitales en todos ellos (muy especialmente en Unamuno). Ello ha hecho que se les haya considerado precursores del existencialismo.
g) Defienden una idea de europeísmo, aunque casi todos proponen soluciones de tipo individual.
h) Reivindican a los escritores "primitivos" españoles y defienden un lenguaje sobrio y casticista.
En cuanto a los temas más tratados por ellos podemos citar: el tema de España, la defensa de la España "eterna y espontánea", las tierras de España, la historia, los valores permanentes de Castilla y de España y las preocupaciones existenciales. El tema de España se enfocará con tintes subjetivos; esto quiere decir que se proyectan sobre la realidad española los anhelos y las angustias íntimas. El subjetivismo es, en efecto, lo que caracteriza tanto la exaltación redentora de Unamuno, como la visión impresionista de Azorín o el escepticismo del Baroja maduro.
En cuanto a la evolución del 98, dado el carácter individualista e iconoclasta de estos escritores, no se puede hablar de una evolucón conjunta, sino paradójica y dispar. El denominado "grupo de los tres"(Baroja, Azorín y Maeztu) y Unamuno evolucionan desde una juventud revolucionaria radical hasta actitudes plenamente conservadoras o francamente reaccionarias; en cambio, Antonio Machado y Valle-Inclán experimentan un proceso radicalmente inverso: de sus actitudes conservadoras iniciales evolucionaron hasta una madurez comprometida con la Segunda República y el Frente Popular.
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